Amigos del blog, es muy grande la indignación que la Fortuna deparó para mí cuando en el cine me senté con el ánimo crítico frente a esta producción.
Del director Freddy Fadel, es una realización cargada de sensacionalismo e irrealidad.
En 90 minutos de rodaje fuerzan de una manera ridícula un argumento sencillo que propone viejas y trilladas conversaciones moralistas, superfluas, frívolas sobre la vida…Ciertamente una producción de ese tipo ya de por sí amenaza con esos problemas, sin embargo lo que más agravio causa al espectador (en mí caso) es el hecho de tratar de imponer un mensaje (sí a la vida, no al aborto) con exageraciones ignorantes en un intento desesperante por “concienciar” a la audiencia.
El aborto es un tema que está metido dentro de la sociedad en discusiones, conversaciones, propagandas, etc. desde hace mucho tiempo; es un tema, al igual que muchos otros, que impera durante varias generaciones; es un tema que hay que mantener…cuanto los tópicos tienen estas características los trabajos que se hacen sobre ellos tienen la finalidad de fortalecer su existencia. Producciones de este tipo son bienvenidas cuando la propuesta es seria, bien elaborada, enfocada en un objetivo claro; no cuando se exagera dramáticamente, se engaña al público sensible, se camufla la comercialidad con moralidad…
Coloco el ejemplo más triste de tal vacuidad: Una mujer de 25 años toma tres pastillas abortivas a los 5 meses de embarazo. Debido a las fuertes contracciones uterinas que sufre al día siguiente, se sienta en su inodoro para que el producto supuestamente aniquilado salga. Luego de sufrir serios dolores y perder mucha sangre se escucha el llanto de un infante; otro personaje toma al niño de 20 semanas, se da el lujo de llevarle a una clínica y luego se sabe que vive…Una posibilidad de este tipo solo puede darse si tras una cesárea de emergencia se ingresa al bebé en una unidad de cuidados intensivos para infantes inmediatamente al estar fuera del útero. A esta edad los pulmones todavía no están funcionando, el niño jamás podría llorar, peor aún respirar, y moriría en menos de 13 segundos a propósito de la película.
Recuerdos de un sobreviviente al aborto, ilusiones de una jovencita fantasiosa, bebés que entienden, ven y hablan; este tipo de escenas (inverosímiles) me permiten calificarla, sin miramientos, como estúpida e incoherente. ¿Es necesario acudir a recursos tan vanos para realizar producciones moralistas? Una típica novela tiene la misma estructura.
Si el cine es considerado como una forma artística de expresión que se alabe como tal y se condenen los intentos fallidos.
En 90 minutos de rodaje fuerzan de una manera ridícula un argumento sencillo que propone viejas y trilladas conversaciones moralistas, superfluas, frívolas sobre la vida…Ciertamente una producción de ese tipo ya de por sí amenaza con esos problemas, sin embargo lo que más agravio causa al espectador (en mí caso) es el hecho de tratar de imponer un mensaje (sí a la vida, no al aborto) con exageraciones ignorantes en un intento desesperante por “concienciar” a la audiencia.
El aborto es un tema que está metido dentro de la sociedad en discusiones, conversaciones, propagandas, etc. desde hace mucho tiempo; es un tema, al igual que muchos otros, que impera durante varias generaciones; es un tema que hay que mantener…cuanto los tópicos tienen estas características los trabajos que se hacen sobre ellos tienen la finalidad de fortalecer su existencia. Producciones de este tipo son bienvenidas cuando la propuesta es seria, bien elaborada, enfocada en un objetivo claro; no cuando se exagera dramáticamente, se engaña al público sensible, se camufla la comercialidad con moralidad…
Coloco el ejemplo más triste de tal vacuidad: Una mujer de 25 años toma tres pastillas abortivas a los 5 meses de embarazo. Debido a las fuertes contracciones uterinas que sufre al día siguiente, se sienta en su inodoro para que el producto supuestamente aniquilado salga. Luego de sufrir serios dolores y perder mucha sangre se escucha el llanto de un infante; otro personaje toma al niño de 20 semanas, se da el lujo de llevarle a una clínica y luego se sabe que vive…Una posibilidad de este tipo solo puede darse si tras una cesárea de emergencia se ingresa al bebé en una unidad de cuidados intensivos para infantes inmediatamente al estar fuera del útero. A esta edad los pulmones todavía no están funcionando, el niño jamás podría llorar, peor aún respirar, y moriría en menos de 13 segundos a propósito de la película.
Recuerdos de un sobreviviente al aborto, ilusiones de una jovencita fantasiosa, bebés que entienden, ven y hablan; este tipo de escenas (inverosímiles) me permiten calificarla, sin miramientos, como estúpida e incoherente. ¿Es necesario acudir a recursos tan vanos para realizar producciones moralistas? Una típica novela tiene la misma estructura.
Si el cine es considerado como una forma artística de expresión que se alabe como tal y se condenen los intentos fallidos.
Escrito por: Daniel Romero
1 comentario:
Vaya; ¿te refieres a 13 segundos? Bien has hecho con describir aquella escena tan falsa en medio de la película. Me parece una falta de respeto contra el espectador al camuflar y maquillar tanto las cosas, y mostrarlas como si fueran casos de la vida real. El aborto es un tema que atañe a la sociedad, y como tal debe ser discutido sin entrar en sentimentalismo y sin sensacionalismo. Si existe una oposición tan fuertemente instaurada deben tener buenas razones y es necesario que se abra un diálogo abierto para llegar a cualquier decisión. Os felicito hermano Vak por tu denuncia.
Cetrero
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