miércoles, 30 de abril de 2008

Una pésima película...

Amigos del blog, es muy grande la indignación que la Fortuna deparó para mí cuando en el cine me senté con el ánimo crítico frente a esta producción.
Del director Freddy Fadel, es una realización cargada de sensacionalismo e irrealidad.

En 90 minutos de rodaje fuerzan de una manera ridícula un argumento sencillo que propone viejas y trilladas conversaciones moralistas, superfluas, frívolas sobre la vida…Ciertamente una producción de ese tipo ya de por sí amenaza con esos problemas, sin embargo lo que más agravio causa al espectador (en mí caso) es el hecho de tratar de imponer un mensaje (sí a la vida, no al aborto) con exageraciones ignorantes en un intento desesperante por “concienciar” a la audiencia.

El aborto es un tema que está metido dentro de la sociedad en discusiones, conversaciones, propagandas, etc. desde hace mucho tiempo; es un tema, al igual que muchos otros, que impera durante varias generaciones; es un tema que hay que mantener…cuanto los tópicos tienen estas características los trabajos que se hacen sobre ellos tienen la finalidad de fortalecer su existencia. Producciones de este tipo son bienvenidas cuando la propuesta es seria, bien elaborada, enfocada en un objetivo claro; no cuando se exagera dramáticamente, se engaña al público sensible, se camufla la comercialidad con moralidad…

Coloco el ejemplo más triste de tal vacuidad: Una mujer de 25 años toma tres pastillas abortivas a los 5 meses de embarazo. Debido a las fuertes contracciones uterinas que sufre al día siguiente, se sienta en su inodoro para que el producto supuestamente aniquilado salga. Luego de sufrir serios dolores y perder mucha sangre se escucha el llanto de un infante; otro personaje toma al niño de 20 semanas, se da el lujo de llevarle a una clínica y luego se sabe que vive…Una posibilidad de este tipo solo puede darse si tras una cesárea de emergencia se ingresa al bebé en una unidad de cuidados intensivos para infantes inmediatamente al estar fuera del útero. A esta edad los pulmones todavía no están funcionando, el niño jamás podría llorar, peor aún respirar, y moriría en menos de 13 segundos a propósito de la película.
Recuerdos de un sobreviviente al aborto, ilusiones de una jovencita fantasiosa, bebés que entienden, ven y hablan; este tipo de escenas (inverosímiles) me permiten calificarla, sin miramientos, como estúpida e incoherente. ¿Es necesario acudir a recursos tan vanos para realizar producciones moralistas? Una típica novela tiene la misma estructura.

Si el cine es considerado como una forma artística de expresión que se alabe como tal y se condenen los intentos fallidos.
Escrito por: Daniel Romero

domingo, 27 de abril de 2008

Frases

Dos frases que han surcado por el inextricable recorrer diario:

"Homo sum; humani nihil a me alienum puto"
Hombre soy; nada humano me es ajeno
Terencio (El enemigo de sí mismo)
"Si vis pacem, para bellum"
Si quieres paz, prepárate para la guerra"
Flavio Vegecio (Eptoma rei militaris)
Escrito por: Daniel Romero

miércoles, 23 de abril de 2008

Inmortal

Rind - Mauritius Escher

Por: Carlos Antonio Rodríguez

Si a una persona se le diese el don de la inmortalidad, al principio no sería distinta a cualquier otra persona. Estaría rodeado de amigos, familiares, compañeros, de una esfera social completa. Luego, con el pasar del tiempo, se daría cuenta que la gente es ahora prescindible en su vida, y van desapareciendo, ya sea porque deban emprender un viaje, ya sea porque fueron olvidados después de una placentera charla acompañada de un estimulante ambiente, la luz, la música, las paradojas de la vida... y simplemente no se pudo volver a verlos. O también porque al igual que esos estimulantes y el ambiente, las personas son pasajeras y tienen un período que culminar en el mundo; pero para nuestro sujeto, incluso el mundo es tan solo una idea pasajera. Entonces sufriría por sentirse abandonado, por la pérdida irreparable de sus amigos cercanos. Para encontrar sosiego y consuelo se alegraría con el alumbramiento de las nuevas generaciones. Jugaría con los niños y sonreiría con los tiernos infantes inocentes de cualquier vicisitud mundana. Ellos crecerán, y aquel podrá reemprender sus proyectos inconclusos, debido a la futilidad de las vidas de quienes antes lo acompañaban. Al amigo que conoció en un pueblo de una bahía pesquera en Inglaterra ahora lo encuentra en un golfo sudamericano, con las mismas ideas y aspiraciones, sólo que con un cuerpo e historia genealógica distintas. Comprendería que son los pensamientos los que sobrepasan al individuo, los primeros saltan de cuerpo en cuerpo, de persona en persona.

Harto de este devenir se da cuenta que ya no refleja el mismo interés por las personas, pues ya ha conocido bastante sobre ellas. Cuando alguien le hace una pregunta acerca de sus viajes, él demora tranquilamente semanas o incluso años en contestarla. La rutina del contacto humano extrapolada a cientos de lustros lo ha convertido en un apático. De hecho, ya no reconoce rostros, tan solo transeuntes, todos moviéndose agitadamente por darle movimiento a los miembros de los leviatanes que construyen. El inmortal estuve presente en el centro de una plaza durante décadas, más de una generación lo vio y pensó que se trataba de un monumento; una suerte de hiperrealismo que refleja el climax de la vanidad humana. Pero en realidad él no es de piedra, todavía se mueve, pero tiene todo el tiempo del mundo, y no le importa si en lo que se demora en levantar un dígito toda una vida ejemplar acontece a su alrededor.

Se siente sólo, y decide interactuar. Fija su mira en un organismo más perenne. Ahora le habla a la ciudad. Desde la nueva perspectiva adquirida se trata de una amiba inteligente, dinámica e interactiva. Él le pregunta, "Oye, ¡¿Cómo estás?!", la ciudad le dice, "Bien gracias, tratando de sobrevirir a esta década". ¿Cómo ocurre esto?, muy fácil; la ciudad no le responde en el instante y no lo hace directamente. Él lanza la pregunta y espera una respuesta; la presume. Observa durante el transcurso de un década cómo la ciudad se mueve y desarrolla y a partir de ello él deduce la respuesta. Una década es para él menos que un segundo, así que bien podría decirse que le habla al ciudad y ella le habla a él (a fin de cuentas, ¿Qué certeza tenemos de que al hablar a otras personas éstas nos responden directamente?). Ella es su única compañía; sin embargo él comprende que su organización se basa en un sistema intranscendente, y algún día deberá morir. Desde su postura simbológica se ha intrometido tanto en el crecimiento de la ciudad que ella le acompaña a dónde el vaya, le obedece y de vez en cuando se resiente cuando siente que ha sido olvidada. Ella es su perrito faldero. Pero llega el día en que sus miembros ya no sienten el rigor del aire y ella ya no escucha el llamado de su amigo. Él le provee de sepultura, y prepara las exequias. ¿Cuánto tiempo se necesita para que un solo hombre entierre una ciudad?, no importa si son siglos, aquel tiene todo el tiempo del mundo. (Continuará....)
Escrito por: Cetrero

sábado, 19 de abril de 2008

Experimento ficticio


Para determinar que una persona está soñando nos basamos en dos parámetros fundamentales: El encefalograma que nos muestra la actividad cerebral y lo que el paciente nos pueda referir al respecto. Partiendo del principio en el cual la actividad cerebral no es más que descargas eléctricas conducidas, podemos afirmar que un cerebro con actividad sin “alguien” a quien referir dicha actividad jamás podrá transmitirnos si de verdad estaba “pensando” en algo.
Si colocamos un cerebro en solución isotónica-isosmótica para mantenerlo en condiciones fisiológicas y le dotamos de energía química (ATP, etc) con un encefalograma podremos observar su actividad…Ahora si ese cerebro es “puro”, en el sentido de no haber sido extraído de ninguna persona y haber alcanzado su desarrollo en un ambiente totalmente estéril sin influencia sensorial del medio externo, dicha actividad cerebral carecería de pensamiento a pesar de la actividad.
De cierta forma lo que el “yo” de cada uno realmente hace es ordenar esa actividad cerebral en una secuencia entendible y manejable. Los recuerdos, razonamientos, ideas, etc son producto de dos cosas: la información que recibimos del medio y el orden que nosotros mismos le inscribimos.
Individualmente el cerebro presenta una actividad en extremo desordenada, lo que hace cada ser es ordenar esta actividad. En conclusión la existencia (de un ser) es una condición de orden sobre un sistema plenamente desordenado (el cerebro).


Escrito por: Vak

jueves, 10 de abril de 2008

La Odisea legada por Clarke

El 18 de marzo del 2008 falleció Arthur Clarke, conocido por numerosas investigaciones acerca de la telecomunicación y por sus libros de ciencia ficción. Clarke fue una enorme inspiración para muchos científicos, legando ideas sobre la WWW (World Wide Web) y acerca de la comunicación satelital. Su cuento "El Centinela" influenció a Kubrick para realizar 2001: Una Odisea en el Espacio. Clarke era uno de esos tipos con visiones de la humanidad en contacto con civilizaciones más avanzadas y mundos paradisíacos; talvez sus ideas eran bastante utópicas, considerando el estado actual del mundo y de la especie humana. De todas formas necesitamos de estos soñadores para superarnos un poco más. En Quinto Pilar fue alguien quierido; bueno, nunca lo conocimos, pero tuvimos horas de alto vuelo espacial en nombre de la tan popular historia que fue llevada a la pantalla grande que en palabras de Kubrick "es la explicación racional de la existencia de Dios". ¡Hasta pronto Arthur!















Arthur Clarke (1917-2008); Foto: decib-Daniel B., www.flickr.com


Más información la puedes encontrar en: http://www.clarkefoundation.org/news/031808.php

Escrito por: Carlos Antonio Rodríguez (Cetrero)

martes, 8 de abril de 2008

Trilogía Qatsi

Es increíble que ya han pasado 25 años desde que se estrenó Koyaanisqatsi, la primera de una trilogía de documentales apocalítpticos (no en el sentido vulgar de destrucción, sino de revelación), y muchas personas han crecido viendo aquellas imágenes, pero en nuestro medio (Ecuador) pocas personas involucradas en la cinematografía realmente conocen de esta obra.
Se trata de una trilogía de documentales (Koyaanisqatsi, Powaqatsi y Naqoyqatsi) dirgidos por Godfrey Reggio con música de Philip Glass (Truman Show, The Hours, Glassworks) en los que durante una hora y media, por cada documental, el expectador observa imágenes acerca de la civilización humana tomadas de una perspectiva tal que pudiera parecer que una ciudad es un organismo vivo donde los humanos tienen la única función de ser el combustible que mueve sus miembros. Qatsi es una palabra Hopi que significa Vida, y los significados de cada una de las películas son: "Vida fuera de balance [que crea otra forma de vida]", "Vida en transformación" y "Vida en conflicto", respectivamente. Como lo expresó Reggio "Estos documentales están hechos para fascinar...el expectador los experimenta y saca sus propias conclusiones", para lograr este efecto no hay narrativa de voz alguna, y todo el sonido de fondo proviene de la música de Glass (es por esto que algunos conciben esta obra como un concierto de Philip Glass ambientado con imágenes de naturaleza, civilización y tecnología, mientras otros lo ven como películas de Godfrey Reggio con música de fondo de Philip Glass). La sensación producida es además algo familiar, porque, como lo dije al inicio, muchas de estas imágenes las hemos visto a lo largo de nuestra vida, pero aquí están juntas. Os recomiendo mucha la apreciación de esta obra, y próximamente esperamos como Quinto Pilar organizar encuentros en que podamos verlas y discutirlas entre todos. Así que si quieres más información escríbenos a quintopilarec@gmail.com

Hasta mientras, échenle una ojeada al trailer de Koyaanisqatsi:



Escrito por: Carlos Antonio Rodríguez (Cetrero)