sábado, 31 de julio de 2010

Philip Glass y el Quinto Pilar

El concierto

El concierto para cello y orquesta del compositor norteamericano Philip Glass fue hecho en el 2001. El día de ayer (30/07/2010), nuestra ciudad tuvo el honor de escuchar la interpretación en vivo con la presencia de dos grandes figuras: Wendy Sutter, la solista del concierto, y Philip Glass desde el escenario.

Esta composición, de tintes oscuros, es una obra espectacular para ser observada. La solista mostró gran destreza y desenvolvimiento con el instrumento mientras fluía por la partitura del gran maestro. Ha sido toda una experiencia poder escuchar las figuras repetitivas del compositor en los dedos gráciles de Wendy; la emoción fue inaudita cuando el estilo de Glass se imponía en las cuerdas del cello con toda la orquesta “repitiendo” el tema central.

Concierto para cello interpretado por Wendy Sutter presentado como estreno norteamericano en el 2005. El concierto se llama The Vivid Unknow

Sin embargo, el concierto para cello fue solo uno de los hitos de esa noche. La presencia del compositor tan cerca de nuestros hogares (Quito) era un hecho histórico, por tanto, demandaba una connotación importante para los miembros del Quinto Pilar, seguidores arduos de su música desde aproximadamente 3 años.

El compositor
Philip Glass es todo un personaje, su peculiar forma de ser ha sido forjada por sus propias experiencias de vida a la hora de tratar de ser un compositor independiente, experimental y revolucionario en muchos sentidos. Aquellos que sean familiares con su música no necesitan información adicional para comprender que para su música se use el término experimental; para aquellos que no, vale decir: su música se basa en estructuras melódicas repetitivas que armonizan entre ellas y forman un todo musical impresionante.
Esa descripción se adapta bien ahora que Philip ha consolidado su estilo, sin embargo sus primeras “canciones” fueron catalogadas como minimalistas por estar formadas de pequeñísimas progresiones musicales que cambiaban muy poco a lo largo de mucho tiempo: un ejemplo de esta época es su Music in changing parts, una pieza de 60 minutos de duración que puede ser vista como una molestia al oído o una gran obra. Por este motivo en primera instancia su música fue despreciada…para sobrevivir en esos tiempos, el grande y admirable maestro tuvo que desenvolverse trabajando como taxista o plomero!!! Son estos años difíciles, probablemente, los que le permitieron construir aquella filosofía austera de su música que no le hizo desertar de la columna central, de su estilo, en sus composiciones.

El primer encuentro:
Por las razones antes dichas es fundamental, para poder apreciar al autor, dar varias oportunidades a su música pues no es como el típico Mozart cuyas piezas son acogidas ubicuamente con soltura, o los típicos violines de Vivaldi. Conozco personas que se han estrenado en la música de Philip con lo más duro de su composición y han quedado tan decepcionados que no han intentado volverlo a escuchar y tampoco lo intentarán; en su desesperación lo describen como desesperante, agobiante, cruel y podrían tener razón en ciertos sentidos pues, a priori, resulta dificultoso comprender que la reiteración vocal de un "one, two, three, four, five, six, seven" puede ser algo bello, peor una forma de arte.

Glass, con su tendencia, forma parte del movimiento vanguardista. La vanguardia, artísticamente hablando, representa un movimiento que busca romper con los cánones presentes en determinada época (mediados del siglo XX en este caso) redescubriendo y confrontando técnicas y conceptos para la creación de una nueva estética. Las artes plásticas es un clásico ejemplo de esta tendencia y los acordes de Glass en esta época también.
Con esta idea, hay que tener en cuenta que cuando se escucha este tipo de música (o cualquier otra en realidad), aquella connotación histórica es la que marca la diferencia y nos alerta de nuestro deber como descubridores del verdadero significado de una composición.

Así que analicemos. El "one, two, three..." pronunciado por una mujer contra el "No hay música en la Tierra Que se pueda comparar a la nuestra. Once mil vírgenes Se confían en bailar, Y hasta Santa Úrsula ríe por ello..." cantado vehementemente por una soprano en la Sinfonía no 4 de Gustav Mahler. Pese a ser completamente diferentes responden a una tendencia humana: La renovación constante de las tendencias, la contraposición histórica de ideas y, después de todo, el espiral infinito del devenir de la existencia que hace indispensable la vanguardia.

Me voy a dar el lujo de decir que si imaginamos la historia como ese ciclo repetitivo de eventos que pasan y vuelven a pasar y pasan de nuevo en la continuidad de la vida podríamos encontrar en esta expresión musical la vida misma.

La primera vez que escuche a este compositor fue en su obra para piano "Opening" de su album Glassworks. Es una pieza espectacular que, pese a ser repetitiva y sencilla, conmueve y emociona. Dejó aquí la obra para piano, no vaya a ser que los lectores (por obra de las furias o las cruentas parcas) se vean perdidos en los agujeros negros del minimalismo puro.


Con el paso de los años, la experiencia y la madurez musical que fue ganando le ha permitido, hoy por hoy, tener un repertorio de música gigantesco contando entre sus obras sinfonías, conciertos, óperas, poemas sinfónicos, bandas sonoras de películas (trabajando con directores como Martin Scoresese o Woody Allen), etc.

Philip: La conversación
Aparte del concierto el día de ayer Philip Glass concedió a su público una conferencia (que mejor se hubiese llamado rueda de prensa) en la que ciertas personalidades pudieron hacer preguntas al maestro. En una de ellas la esencia fue:
.-La música es algo maravilloso inspirado por Dios ¿Cómo es la inspiración de su música?
.-En nuestro diario vivir somos todos creadores, no necesitamos la inspiración de Dios o divinidades, cada quien elige su fuente inspiradora. Yo tengo un amigo cuya fuente de inspiración es su maestro que reposa en una fotografía en su dormitorio – La respuesta de Philip, inspirada en sus tendencias budistas, recalca el hecho increíble de su personalidad: un humano más con su vida terrenal creando música con libertad, desligado de aquellas paredes moralistas que gobiernan la mente de aquellos que viven perdidos en las esferas inalcanzables de la fama o la religión.
Durante la conferencia se trataron otros tópicos, entre ellos el por qué del nombre del concierto (The Vivid Unknown), una descripción de la forma de las piezas del concierto (el enfrentamiento entre el cello y la orquesta que debía crear en la audiencia “la experiencia de apreciar el romanticismo”). Una cuestión interesante que Philip trató fue el hecho de que para componer una pieza lo que para él prima es su libertad de composición, en sus palabras: “yo compongo música y si alguien la patrocina es lo mejor pero sino…”. Cuando habló de su música hizo un recuento de la importante influencia de sus maestros: Nadia Boulanger (durante su estancia en París), Ravi Shankar (citarista hindú) y de la combinación de la música tradicional hindú con la música clásica occidental. Recordó que el futuro de la composición radica, como ahora, en el papel fundamental del intérprete de las obras para “completar la audiencia”. En conclusión, durante la breve charla en la que Philip Glass se dirigió al público se mostró carismático, jovial, claro y realista con sus ideas.

Philip Glass y la Ciencia y el Quinto Pilar
Mientras investigábamos sobre Philip descubrimos una sentencia en los panfletos de su Tercera Sinfonia: “En la escuela, yo pensaba, yo quisiera ser un científico”. La sentencia estaba dicha a propósito de su composición “The light” conmemorando el aniversario del experimento de Albert A. Michelson y Edward W. Morley acerca de la rapidez constante e invariable de la luz. Otros guiños científicos en la composición del artista es su ópera “Einstein on the Beach” o el personaje de su obra “The voyage” basado en Stephen Hawking; otras obras hablan también sobre Galileo Galilei o Johannes Kepler.
Siendo el Quinto Pilar un grupo que cuenta entre sus actividades la divulgación de la ciencia, diseñamos un banderín que le fue entregado antes de la conferencia pre-concierto. Con nuestros buenos deseos, el banderín, agradecido y sonriente, el maestro partió a su camerino para concretar los últimos detalles de su charla y prepararse para el concierto.

Diseño del banderín del Quinto Pilar

Philip Glass y Daniel Romero
durante la entrega de banderín del Quinto Pilar

Escrito por: Vak

3 comentarios:

Carlos Antonio dijo...

Qué a lo bestia ese concierto!!, Muy buena tu descripción de los acontecimientos. Me emociona mucho la idea de que Glass ha visto el símbolo del Quinto Pilar, considerando el inmenso bienestar que nos ha producido a través de su música inspiradora. Jaja, simpático lo de "un hombre terrenal...alejado de las esferas de la fama o religión", yo también admiro su lado personal por esa cualidad.

FABIAN ROMERO dijo...

Emoción ajena se transmite con solo leer las descripción, mucho mas presenciando frente a frente no solo al ""musico"" sino a la persona q motiva esa creación musical... a la persona que mas alla del estereotipo de compositor sabe primero "ser"... no conozco mucho de este personaje, mas sin embargo... he quedado muy complacido al oirlo. Felicitaciones amigo!! y chevere el banderin! quien lo haria? jajaja

Anónimo dijo...

Muy chevere artículo! maravillosa descripción y análisis de la música de Philip Glass. Muy agradecidos quedaremos al maestro y a la fascinante orquesta por presentar su trabajo en Ecuador