Cuando Venus (el segundo planeta del sistema solar) se atraviesa entre el Sol y la Tierra, es un evento astronómico que uno va a tratar de no perderse, peor aún si conoce la frecuencia con las que ocurre. Podemos disfrutar del evento en dos ocasiones cada 243 años, cada ocasión está separada entre sí por un periodo de tiempo de 8 años. La penúltima vez que pudo observarse el fenómeno durante el siglo XXI fue en el 08/06/2004, y la última vez fue el 05/06/2012; de este modo, si no lo vimos el cinco, no lo volveremos a ver NUNCA, y este nunca, textual, nada de esos "nuncas" que plagan sentencias de literatura ornamental...
Esta frecuencia se debe principalmente a que la órbita de Venus tiene una inclinación 3.4o con respecto a la órbita de nuestro planeta, la consecuencia directa es que cada una de las veces en las que Venus se atraviesa con el Sol, nuestro planeta está o por encima o por abajo del suceso y nadie puede verlo; y cada 243 años las órbitas se conjugan para que se lo pueda observar.
¿Y qué se observa? El Sol es una estrella relativamente pequeña comparada con otras del universo, sin embargo, es lo suficientemente grande como para mantener en órbita bajo su influencia gravitatoria a 8 planetas, el radio de su superficie es de 695500 km. Venus, a pesar de ser ligeramente más grande que la Tierra, tiene tan solo un radio de 6051,8 km. Cuando atraviesa el sol lo que podemos observar es una especie de mancha circular en uno de los polos del disco solar, por esta razón es que se le puede decir "La gota negra".
Es importante aclarar que la diferencia de tamaños es tal que haber
tratado de verlo a simple vista era injustificable, y además por esos rayos
ultravioletas que despedazan la retina. Nuestro plan fue el de David Fabricius,
astrónomo alemán que en 1610 se le ocurrió proyectar la luz del sol a través de
su telescopio para observar su superficie, en su tiempo fue uno de los primeros
en observar las famosas manchas solares. Nosotros usamos la misma técnica para
poder observar el fenómeno.
La esperanza volvió cuando escampó. Una vez que nos instalamos en el
parque Itchimbía a nivel del reloj solar, ráfagas de viento hicieron el favor
de despejarnos el cielo por momentos, suficientes para enfocar al astro. Sin
embargo, precisamente la hora del eclipse: 17:06 - 18:12 (y en Quito, el fin
del evento mucho antes por las montañas al oeste) crudelísimas nubes se
apropiaron de esa parte del cielo (porque el resto, especialmente al sur, al
este y al norte estaba tan despejado...) y textualmente eclipsaron el eclipse
por lo que tuvimos la oportunidad de proyectar tan solo nubes a través de
nuestros instrumentos astronómicos.
La idea era proyectar aquí el disco solar para observar el paso de la "gota negra"
El Quinto Pilar (primer plano, Carlos A. Rodríguez), prestísimo para obtener fotografías del evento irrepetible
Parecía que una divinidad crudelisima hacia de las suyas pues, precisamente ahí está el sol, y es como que con brazos abiertos la carcajada celestial nos restriega en la cara nuestra impotencia
Pero bueno, la astronomía es así, o buena con el perseverante, o
terriblemente ingrata con el entusiasta. No nos quedamos con mala espina, a
pesar de haber perdido el eclipse y encima de que los guardias hicieron el
favor de sacarnos (por pensar, supusimos, que el telescopio era una pipa
inmensa para fumar marihuana), esperamos a la noche en las gradas del parque
para una vista luz/oscuridad de la ciudad, el reconocimiento de la osa mayor,
las coronas, centauro... la observación telescópica de Sirius, Saturno y sus
anillos, Marte, el cúmulo de estrellas M13 en la constelación de Hércules; todo
esto al son musical de Alex Alvear, Norah Jones, Esperanza Spalding, risas y
buenos amigos... con lo que pusimos fin a una salida de observación a eso de
las 20:30 de la noche.
Átomos (telescopio refractario)
Luz/Oscuridad
La Nasa sin embargo, muy presta a la importancia del fenómeno nos deslumbra con una construcción excelsa de lo que debió haber sido un evento astronómico irrepetible en lo que queda de nuestras vidas:
Fotografías por Jorge Castillo y Daniel Romero
Texto por Daniel Romero
Fotografías extra de órbitas planetarias y fenómeno: Wikipedia
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