Escrito por: Juan
Pablo Domínguez y Daniel Romero-Álvarez (@Vakdaro)
#divulgacionEC / cienciaEC
Los cangrejos de río de la costa del país (Hypolobocera sps.) viven bajo las piedras cerca del agua en esteros torrentosos. |
La parogonimiasis
es una enfermedad zoonótica, lo que quiere decir que en su transmisión intervienen
un circuito de varias especies animales. En el Ecuador es producida por un
gusano tremátodo cuyo nombre científico es Paragonimus
mexicanus. El recorrido para contraer esta enfermedad empieza con los
huevos del parásito, estos deben ser eliminados a través de la expectoración en
la tos o en las heces fecales del hombre en ríos o lagunas. Cuando los huevos
se embrionan invaden a una especie de caracol (Aroapyrgus colombiensis), y tras varias generaciones son liberados
e ingresan en cangrejos de agua dulce (Hypobolocera
sps. en la costa) – llamados pangoras por la gente de las áreas endémicas –
donde se vuelven infectantes cuando los crustáceos son consumidos crudos o mal
cocidos. Una vez en su huésped, el parásito llega al intestino y se desplaza hacia
los pulmones donde madura y empieza a poner huevos lo que perpetúa su ciclo
vital.
En nuestro país
el primer caso de paragomnimiasis se reportó hace 93 años. Ha habido reportes
de un incremento en el número de casos de paragonimiasis en el año de 1996 con
225 pacientes y el último reportado en 2006 con 190. La situación actual de
casos en el país se desconoce puesto que carece de un programa de control
riguroso.
La enfermedad es
muchas veces confundida con infecciones respiratorias bacterianas –
especialmente la tuberculosis - aunque la mayoría de las ocasiones pasa
inadvertida produciendo pocas molestias. Afecta especialmente a niños y
jóvenes, no tiene predilección por el sexo del paciente y su diagnóstico puede
tomar mucho tiempo, de meses a varios años. El tratamiento es sencillo y
efectivo con el uso de Praziquantel una droga que no se encuentra disponible en
el Ecuador a pesar de ser un medicamento básico.
El punto clave
para su control es detener el consumo de cangrejos crudos o mal cocidos. Esta
costumbre tiene que ver con creencias populares que involucran usos curativos o
el apreciar el cangrejo como un aperitivo culinario. Bien cocidos pueden ser
disfrutados sin ningún temor.
El artículo original completo, disponible
(open-acces) en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4296488/
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