miércoles, 26 de febrero de 2014

¡Antorcha Verde! Séptima edición

En febrero de 2013, empezamos la publicación de nuestro boletín de divulgación científica. Un año más tarde, se ha convertido sin lugar a dudas en una revista con todos los elementos que caracterizan a las mejores del campo de la divulgación: varias secciones, artículos y fotografía; elegante, interactiva y dinámica. Esta edición cuenta con la participación de individuos más allá del comité editorial, gracias a esta dedicación les presentamos un trabajo impecable que denota nuestra preocupación por un producto exclusivo y lleno de detalle.

Conforme siga el implacable devenir del tiempo, continuaremos mejorando uno de los sellos distintivos que el Quinto Pilar ha ido manejando, la orgullosa Revista de Divulgación Científica Antorcha Verde.


Además, desde la siguiente edición, incluiremos una sección en la que recibiremos sus opiniones, sugerencias, comentarios y demás. Escríbenos a info@quintopilar.com, estaremos atentos al criterio de nuestro lector. 







Att:
Consejo Editorial

martes, 18 de febrero de 2014

¡Fotografiando a la Mama Tungurahua!

Texto: Lucas Bustamante (@luksTH)
La ciudad de Baños se encuentra a solo 5 km al norte del Tungurahua. Durante los últimos 15 años de reciente
actividad, sus pobladores han tratado de convivir con el volcán, siendo las erupciones del 2006 y 2010 las más fuertes.

Estaba regresando de una breve visita fotográfica al Cotopaxi cuando me enteré en las noticias que el Tungurahua retomaba su actividad. Creí que eran explosiones habituales y que mantenía su actividad como en los últimos años: ceniza, temblores, bramidos y algunas veces flujos piroclácticos. Pero cuando vi las fotos de las explosiones del 1 y 2 de febrero me quedé sin palabras. —¿Qué hacemos aquí en vez de estar allá?—fue lo primero que pregunté a mis colegas fotógrafos mientras les enseñaba las sorprendentes imágenes.


La primera gran erupción del Tungurahua fue en 1640,
 entrando en una fase de actividad cada 80-100 años a partir de esa fecha.

Cuatro días después estuvimos en las faldas del Tungurahua. Antes del viaje revisamos brevemente la actividad del "Gigante Negro" en las redes sociales y en la página oficial del Instituto Geofísico: parecía que podíamos conseguir buenas tomas si nos ubicábamos en sitios estratégicos. Glenda Giacometti, fotógrafa de El Comercio y gran amiga nos recomendó visitar Ojos del Volcán, la Cruz de Cotaló o La Casa del Árbol. Nos decidimos por la primera opción por ser uno de los puntos más altos y por estar frente a frente del volcán.


Su última erupción fue en 1916 y su actividad finalizó en 1925. Desde 1999
hasta ahora, su actividad ha ido fluctuando con picos de actividad y picos de calma.

No terminamos ni de bajarnos del carro y el Tungurahua nos heló la sangre con un fuerte bramido acompañado de un hongo de ceniza y una explosión considerable de rocas incandescentes. Sin embargo, ni una sola foto: nadie estaba listo todavía. Sacamos un par de fotos decentes mientras la neblina iba y venía, hasta que a la media noche se nubló por completo. No muy contentos guardamos nuestras cosas y empezamos el regreso, pero Jaime planteó la idea de visitar Cotaló, como un "por si acaso".


Tungurahua viene del Quichua Tungur (garganta) y de Rauray (ardor).
El volcán, con 5023 msnm, está ubicado entre la provincia de Chimborazo y Tungurahua.

Justo antes de llegar al lugar, nos instalamos en una curva de un camino secundario que ofrecía una buena vista y el clima estaba bastante despejado, posiblemente porque teníamos otra perspectiva: esta vez desde un ángulo inferior al volcán. A partir de las 3 de la mañana tuvimos nuestro regalo más esperado: cielos totalmente limpios y estrellados, el Tungurahua con una actividad constante y agresiva y, para terminar, la mejor erupción fue al amanecer, con un perfecto contraste de la lava con el cielo azul.


Debido a su constante actividad, el Tungurahua mantiene en permanente alerta a los pobladores de ciudades aledañas,
 pero también una alta demanda turística por cientos de personas de todo el mundo que vienen a ver y fotografiar el volcán.

¡Cumplimos el objetivo! Todos con una cantidad increíble de buenas fotos (aquí publicadas las mejores) a cambio de una larga espera y una noche sin pegar un ojo... suena a un cambio justo.


La nube de ceniza de la erupción del 1-2 de febrero del presente año fue una de las más altas,
alcanzando más de 12 km de altitud, según el Instituto Geofísico.