lunes, 21 de febrero de 2011

Ecuatorianos inmunes al cáncer y la diabetes


La semana pasada hubo un acontecimiento de trascendental importancia para la ciencia ecuatoriana, cuando en la prestigiosa revista Science Translational Medicine de la AAAS- los mismos de la tan aclamada Science- se publicó un artículo liderado por el científico Jaime Guevara-Aguirre acerca de la resistencia al cáncer y la diabetes que algunos ecuatorianos parecen tener. Los resultados son tan alentadores que incluso se ha mencionado la posibilidad de desarrollar fármacos para el tratamiento del cáncer y la diabetes utilizando el mismo principio que mantiene resistente a esta gente. El estudio recibió asistencia en el aspecto de biología molecular por parte de científicos norteamericanos, confirmando con éxito algunas sospechas que se tenían acerca de cómo funciona el mecanismo de resistencia.

Los sujetos monitoreados por Guevara-Aguirre fueron 99 personas con síndrome de Laron, un tipo de enamismo muy raro, encontrado sólo en tal vez 300 personas en todo el mundo. Durante 24 años Guevara-Aguirre recogió datos acerca del estado de salud de sus pacientes, particularmente respecto al cáncer y la diabetes. Simultáneamente, Guevara-Aguirre obtuvo datos de mortalidad de los familiares de estas personas que no portaban el síndrome; el 17% de ellos padecieron de cáncer, y un 5% de diabetes. Ningún paciente con Laron murió con ninguna de las dos enfermedades (uno se enfermó con cáncer, pero fue curado con la remoción quirúrgica del tumor). Sin embargo, los índices de mortalidad frente a otros trastornos, como los ataques cardíacos, permanecieron inalterables.

¿Cómo funciona el cáncer?

El cáncer se manifiesta como una proliferación descontrolada de células en el cuerpo (no del todo caótica, los tumores son capaces de inducir el crecimiento de vasos sanguíneos para nutrirse y seguir creciendo). Eventualmente, los tumores malignos invaden tejidos sanos y provocan trastornos en el desempeño fisiológico normal del cuerpo; como no es posible por medios naturales frenar esta proliferación, sin un tratamiento médico las consecuencias pueden ser fatales.

Se sabe que el cáncer tiene un fuerte componente hereditario; pero si algo es capaz de matarte ¿Cómo ha logrado ser capaz de transmitirse a otras generaciones? La respuesta yace en el hecho de que muchas formas de cáncer suelen manifestarse después de que un individuo ha tenido la oportunidad para reproducirse, y pasar los genes malignos a las siguientes generaciones. Uno de los tantos genes para el que existen mutaciones de este tipo es el IGF-1 (que codifica para el Factor Insulínico de Crecimiento 1, por sus siglas en inglés), el cual es muy importante para controlar el crecimiento de los tejidos. Se han descrito casos clínicos de formas mutantes de IGF-1 relacionadas a ciertos tipos de cáncer. Pero más sorprendente aún es que en organismos usados en experimentos genéticos, como los ratones o las levaduras, cuando se suprime la actividad de este gen, o su equivalente, desarrollan resistencia a enfermedades degenerativas, incluido el cáncer y la diabetes, y prolongan su tiempo de vida. Es como si este gen aún en su forma normal provocara una tendencia al aumento de formaciones malignas. Sin embargo, los efectos de su deficiencia en humanos no han podido ser estudiados experimentalmente, por las obvias implicaciones éticas, y en tal caso los científicos deben esperar a encontrar casos clínicos para estudiarlos.

IGF-1, el producto del gen IGF-1 (nótese la cursiva, que designa al gen, y la letra regular, que designa al producto proteico codificado por ese gen), puede estimular el crecimiento aumentando la tasa de división celular o reduciendo la tasa de muerte celular programada (apoptosis). La apoptosis es un proceso necesario para la vida, sin ella nuestros dedos seguirían unidos con una membrana, como en los patos; nuestros párpados permanecerían cerrados; nuestro cerebro desperdiciaría recursos en alimentar neuronas innecesarias y células infectadas con algún patógeno seguirían rondando en el organismo amenazando con difundir la infección. IGF-1, como toda molécula señalizadora en el organismo, forma parte de una complejísima red de interacción entre señales químicas, activándolas o desactivándolas y a la vez siendo activada o desactivada por otras. IGF-1 también tiene sus antagonistas, como por ejemplo las moléculas que promueven la apoptosis. Mientras se mantenga un balance adecuado de todas estas señales químicas, la vida prosigue con normalidad. Pero si hay un desbalance, la cosa se complica: en este caso, mayor actividad de IGF-1 podría resultar en una mayor proliferación de células, muchas de las cuales estarían mejor muertas para no interrumpir en los procesos fisiológicos normales; dependiendo de la seriedad del caso, esta proliferación podría ser difícil de frenar por otros elementos reguladores del organismo, lo cual es un paso importante, si bien no el único, en la formación de un tumor maligno.
El cáncer es una proliferación no controlada de células, que se manifiesta de forma visible como tumores malignos. En este ejemplo, se muestran distintas manifestaciones de metastasis (fase invasiva del cáncer) en un pulmón de ratón. La figura A corresponde a un pulmón saludable, las otras tienen metástasis. Imágen disponible en Wikimedia Commons; esta fotografía no corresponde al estudio de Guevara-Aguirre et al. y se la ha cargado en este blog con fines meramente ilustrativos.

Por otra parte, el cáncer también puede surgir por daños en el material genético adquiridos durante la vida del organismo. Si estos daños ocurren en áreas que controlan la proliferación celular, entonces se puede llegar a la formación de un tumor maligno. En esos estudios experimentales se encontró que de alguna forma la vía metabólica de IGF-1, y de otra molécula necesaria para activar a IGF-1, la hormona de crecimiento (GH, por sus siglas en inglés), dejan estragos como mutaciones precursoras de cáncer que tienden a ser más evidentes con la edad del organismo. ¿Hay alguna razón funcional para que ocurran estas mutaciones?, no necesariamente; de nuevo, aquellas mutaciones tienen efectos evidentes después de que el organismo ha tenido oportunidad de reproducirse, y en biología pocas cosas tienen un sentido funcional a partir de esa edad. En la naturaleza lo más importante, a fin de cuentas, es transmitir tus genes; una vez que lo haz logrado, ya no importa lo que te ocurra. Claro que hay teorías muy válidas acerca de un rol funcional del envejecimiento, pero ello se aplica a organismos altamente sociales, como nosotros, donde los individuos envejecen para dejar de reproducirse y así contribuir a criar a sus nietos. Pero ese no es el caso de varias de las especies en los que se ha estudiado este efecto mutagénico de la vía IGF-1/GH, y probablemente sólo se trate de un efecto secundario.

¿Por qué la gente con síndrome de Laron es resistente al cáncer?

La gente con este síndrome tiene una mutación que daña al Receptor de la Hormona de Crecimiento (GHR, por sus siglas en inglés). Por lo tanto, la actividad de la hormona de crecimiento y del factor insulínico de crecimiento disminuye. De esta forma aumenta la tasa de apoptosis, y con ello disminuye cualquier intento de proliferación celular (esto también explica en parte el enanismo de quienes portan el síndrome), y además se disminuyen los efectos mutagénicos asociados con esta vía metabólica.

Pero el estudio no se quedó solamente en las estadísticas clínicas. Guevara-Aguirre contactó a Valter Longo, un científico que trabaja en varios centros de investigación de biología molecular y cáncer en California. Longo dirigió una serie de ensayos con el suero de la sangre de los pacientes con Laron. Longo colocó un grupo de células en el suero de pacientes con Laron y otro grupo de células, del mismo cultivo, en suero extraído de personas sin el síndrome. Las células presentaron menor daño cromosómico y de ADN en el suero de Laron después de algunos tratamientos con peróxido de hidrógeno (sustancia mutagénica en altas dosis). Así mismo se observó que la actividad de genes apoptóticos incrementó en el suero de pacientes con Laron. Si al mismo suero de pacientes de Laron se aumentaba la concentración de IGF-1, el daño celular también iba en aumento.

Este es el primer hallazgo con datos tan contundentes que confirman el rol de IGF-1 y GH en el desarrollo de cáncer en seres humanos, algo que ya se sabía para otras especies. En el artículo de Science Translational Medicine se propone que se dirijan esfuerzos de investiación a desarrollar fármacos que bloqueen el GHR, y que por lo tanto ayuden a disminuir la actividad de IGF-1 en pacientes con cáncer, diabetes y otras enfermedades degenerativas.

¿Qué ocurre con la diabetes?

El IGF-1 tiene una estructura molecular muy parecida a la de la insulina, y por ello puede interactuar con su vía metabólica. Reducidos niveles de IGF-1 provocan una disminución de la concentración de insulina en la sangre. Debido a esto los receptores de insulina tienen que adaptarse y volverse más sensibles a la insulina. En los estudios sanguíneos que se efectuaron a pacientes con Laron se hizo una prueba denominada HOMA-IR, que justamente mide la resistencia de los receptores de insulina; los científicos encontraron niveles bajos de resistencia en estos pacientes relacionados a bajos niveles de insulina, en promedio la tercera parte de lo que se consideraría normal en un paciente sano. Este aumento a la sensibilidad de insulina es lo que puede provocar la resistencia a la diabetes; a fin de cuentas, para que la vía metabólica de la insulina funcione debe aumentar la concentración de insulina, que es un tratamiento típico en pacientes con diabetes, o la sensibilidad de las células a la acción de esta hormona, y el efecto final tiende a ser el mismo.

Las interacciones químicas de las vías metabólicas suelen ser muy complejas. Pero todas tienen algo en común, inician con una señal simple; en este caso, la insulina necesita unirse a un receptor en la membrana celular (parte superior del diagrama) para desencadenar todo el proceso. El éxito de la progresión en esta vía suele estar asociado a la concentración de la señal química (ej. insulina) o la sensibilidad de su receptor.

Acerca de la gente con el síndrome

Al parecer, estas personas viven en localidades remotas en la parte sur de la Sierra ecuatoriana. Son descendientes de judíos que escaparon de la inquisición de España y Portugal. En un recorrido que hice personalmente por las montañas de Sabanilla en el extremo sur del país recuerdo haber visto mucha gente allí que tenían facciones muy europeas (tez blanca, ojos verdes, pelo rubio). Preguntando a los locales me respondieron que eran descendientes de judíos que no tuvieron mucho contacto con los indígenas, y por lo tanto hubo poco mestizaje. Tal vez la gente con Laron habitaba cerca de ahí. Por cierto, si hubo poco mestizaje significa que probablemente esta gente tuvo muchas relaciones consanguíneas, y ello explicaría por qué hay tantas personas con esta enfermedad tan rara.

Una pregunta intrigante acerca de la gente con Laron, planteada en base a observaciones de animales con deficiencia de IGF-1 y GH, es, ¿Son más longevos que otras personas? Lo irónico es que no ha sido posible hallar una buena respuesta porque la gente con este síndrome, por sus condiciones sociales de vida, suelen sufrir muchos trastornos por alcoholismo, desórdenes convulsivos y accidentes; de esta forma, su promedio de vida es muy similar al de otras personas que viven en los alrededores. Sin embargo, deficiencias de IGF-1 sí podrían estar relacionadas con la prolongación de la vida en otros pueblos, como es el caso de los Ashkenazi en Europa, quienes coincidencialmente también descienden de judíos y llegan a contar con muchos miembros centenarios.

Es muy alentador que en Ecuador se haya arrojado luz acerca de este tema; definitivamente será un fuerte estímulo para el desarrollo de futuras investigaciones.

Imágenes sobre los pacientes estudiados pueden ser vistas en:


Escrito por: Carlos Antonio Rodríguez (bio.carodrgz@gmail.com)

miércoles, 9 de febrero de 2011

La búsqueda de Dios en la ciencia


Pienso que una de las mejores frases que describen a fondo el motivo por el que se hace ciencia fue pronunciada por Richard Feynman, el mismo Feynman que nos legó sus diagramas para describir los infinitos caminos que una partícula subatómica puede tomar para llegar a su destino. "El placer de descubrir cómo funcionan las cosas", dijo él.

Es así de simple; pueden existir motivos más allá de eso, como encontrar un sentido a la vida o incluso buscar a Dios detrás del diseño de este mundo. Sin embargo, la experiencia nos ha mostrado que éste último no resulta ser un acercamiento adecuado. Constamente descubrimos facetas de la realidad muy extrañas a las que no estamos aconstrumbrados, donde la intuición empieza a perder su validez; nuestros conceptos de lo divino y sobrenatural también llegan a perder sentido cuando logramos comprender analíticamente los mecanismos de esa realidad. Los científicos descubren que el Universo está plagado de situaciones indiferentes al ser humano y a su plano emocional, y que la mejor forma de desentrañarlas es similar a cómo un niño desmantela un carro de juguete para entender cómo funcionan sus componentes (esto no quiere decir que los científicos sean personas carentes de emociones en el plano personal). Es por ello que muchos cosmólogos cuando son confrontados con el problema de Dios responden que simplemente es algo que no les atañe.

En el plano analítico, Dios encuentra su mayor contradicción por la idea de que es un ser infinito. En física, los objetos infinitos son considerados una aberración, y los científicos siempre intentan corregir sus ecuaciones o buscar explicaciones alternativas antes de aceptar que algo así existe en la realidad. Dios no está dentro del campo de lo inteligible. Dios descansa en el plano más afectivo de la persona.Pero nos llega la duda, si no lo podemos conocer, ¿Cómo es que pensamos en él?, ¿Por qué tenemos una idea de lo que es él?

No importa el concepto que se presente a un creyente sobre la realidad, siempre habrá una forma en la que intente conciliarla con la fe. Es por ello que tratan de manejar un modelo dual del Universo, donde la materia se desenvuelve independientemente del espíritu (muy similar al panorama que presentó Descartes para conciliar los descubrimientos en astronomía del siglo XVII con la doctrina espiritual de la Iglesia; una idea que también fue fruto de algunos de los ejercicios mentales más interesantes que ha desarrollado la filosofía). En estos casos, la única prueba invocada para la existencia de esta dimensión "incorruptible" es la fe.

Pero hay una razón detrás de la fe; hay algo que motiva a la gente a tenerla, un patrón general. Ese algo no atañe a la insaciable curiosidad por conocer cómo fue el origen de todo, porque como vimos la gente se las puede arreglar para seguir portando su fe a pesar de que la evidencia muestra que la participación de un ser divino no es necesaria para la evolución del Universo. Lo que realmente importa a la gente es la conexión que el ser humano pueda tener con esa entidad trascendental. En definitiva, la razón detrás de esto es que el ser humano reconoce que tiene límites, que es mortal, y quiere sentirse seguro aferrándose a la idea de un creador que lo acogerá después de esta vida. Ello nos lleva a un cuestionamiento mayor al de la existencia de Dios; la verdadera pregunta que debemos hacernos es, ¿Necesitamos creer en Dios?

Hilar a fondo en el tema desde un punto de vista cosmológico me parece que es una pérdida de tiempo. Pero a pesar de ello, el debate continúa en los mayores círculos intelectuales. En los últimos meses se ha atizado el fuego con la publicación del último libro de Stephen Hawking, en colaboración con Leonard Mlodinow, ¨El Gran Diseño¨. Hawking se ampara en el tema de las fluctuaciones cuánticas y la teoría M para decirnos que este Universo no es nada especial, en la misma forma en que Copérnico y Galileo nos desplazaron de un lugar central en el Universo y Darwin de uno en la naturaleza y el conjunto de lo vivo. Hawking ya expuso el tema de un Universo primiginio sometido a las leyes de la mecánica cuántica en su célebre "Historia del Universo"; la teoría M, sin embargo, es algo nuevo. Es muy controversial que Hawking se haya apoyado en una teoría cuya naturaleza no es bien conocida y que no ha sido comprobada experimentalmente. La teoría M es muy elegante, y por mucho la mejor candidata a teoría del todo en la física; pero supone la existencia de unas entidades denominadas "supercuerdas" que para observarlas directamente se necesitaría un reactor del tamaño de la galaxia. Todavía se está a la espera de obtener pruebas indirectas de su existencia, y en eso el LHC (Gran Colisionador de Hadrones) será de vital importancia. Y como la visión del origen del Universo según Hawking, hay muchas otras, y a la final caen dentro de un plano todavía muy especulativo en ciencia. Incluso existen otras interpretaciones también basadas en teoría de cuerdas acerca de lo que ocurrió antes del Big-Bang. De todas formas, Hawking tiene un punto válido que defender.

La Teoría M describe en términos matemáticos cómo unas entidades denominadas supercuerdas componen toda la materia del Universo y generan su fuerzas fundamentales. Es un modelo bastante elegante de la realidad, y la mejor candidata en física a la teoría del todo. Sin embargo, hay muchas limitaciones tecnológicas que no permiten corroborar experimentalmente la existencia de las supercuerdas.

En los últimos años se ha visto una revitalización del movimiento creacionista en países como Estados Unidos e Inglaterra, quienes no aceptan la idea de una realidad en la que Dios no haya sido partícipe. Son también los proponentes del diseño inteligen, una idea pseudocientífica que la logrado permearse en la educación e investigación en altos círculos (apoyado por gente poderosa que ha llegado a influenciar en la política gubernamental). El diseño inteligente tiene como premisa que hay muchos patrones en la naturaleza que son muy complejos o hermosos para haber surgido espontáneamente, y necesitan de un diseñador. Encuentran vacíos en el conocimiento de la realidad y pretenden suplantarlos reforzando la idea de una intervención especial, hasta considerando innecesaria la inversión en esfuerzos de investigación que pretendan probar lo contrario. Esto ha causado irritación entre muchos científicos que tienen respuestas válidas a preguntas que se plantean los adeptos del diseño inteligente, cómo de dónde surgió el ojo humano o el flagelo de una bacteria, sin la necesidad de recurrir a este diseñador. Además, una pregunta que no han logrado responder los miembros de este movimiento es ¿Quién es el diseñador?; han aludido a que no necesariamente están hablando de un diseñador divino (intentando ocultar su apego al creacionismo), pero en tal caso el diseñador también sería una entidad compleja y por tanto, ¿Quién diseñó al diseñador?. No es que sea imposible que la vida en sus inicios haya "fabricada" por alguna civilización extraterrestre; es sólo que con los datos que contamos actualmente es innecesario invocar esta posibilidad, y el hacerlo sólo provoca que el modelo que se tiene del origen de la vida aumente en complejidad.

En los últimos años ha habido un surgimiento alarmante del movimiento creacionista, influenciando en investigación científica y educación. Una variante del mismo (Diseño inteligente) propone que la vida es muy compleja como para que haya surgido espontáneamente, y que se necesita que alguien la haya diseñado. Hay muchas incógnitas que resolver frente a varios problemas en evolución, pero ciertamente la hipótesis de un diseñador no ayuda en nada; por el contrario, incrementa la complejidad del problema al añadirse la pregunta, ¿Quién diseñó al diseñador?

En su libro "Historia del tiempo", Hawking menciona el principio antrópico, según el cual cualquier modelo que se tenga acerca del origen del Universo debe ser compatible con el origen de la vida, porque de otra forma no sería una explicación sobre un Universo en el que nosotros vivimos. Esto fue malinterpretado por creacionistas, y el principio antrópico se convirtió, erroneamente, en un estandarte de su movimiento. Hawking tenía que ser claro en el asunto; el nunca mencionó en su libro que Dios fue necesario antes del Big-Bang, todo lo contrario, el ya menciona la idea de un Universo que puede surgir espontáneamente gracias a los principios de la mecánica cuántica. Hawking fue más explícito esta vez, talvez para evitar confusiones como la anterior, surgiendo de ello una enorme campaña publicitaria para su libro, con aclamación de ateos y agnósticos en todo el mundo, así como de líderes religiosos.

Pienso que es penoso que como sociedad global no hayamos aprendido todavía a observar el cosmos sin prejuicios; a simplemente maravillarnos por cómo funciona sin necesidad de buscar una respuesta espiritual o afectiva. A aceptar que hay cosas que todavía no conocemos de él, y explicaciones que necesitan ser refinadas; pero no por ello vamos a suplantarlas por una creencia más difícil de ser comprobada. Simplemente hay que aceptar que falta camino por recorrer. Es penoso no reconocer el verdadero plano en el que deben mantenerse estas discusiones sobre religión y Dios. Aprendamos a abrir la mente y ser más críticos sobre las evidencias que se nos presentan antes de aceptar algo como real, ni siquiera a hacer caso a una persona simplemente porque logró tener éxito en el pasado; a ver que nos falta un largo camino por recorrer para entender al Universo, pero que es también necesario saldar cuentas con nosotros mismos y analizar hasta qué punto nuestras creencias o prejuicios nos impedirán avanzar. Si bien alguien puede decir que es capaz de sostener una opinión indistintamente de lo que las evidencias indiquen, en la práctica siempre hay un punto en que si son obsoletas terminan convirtiéndose en un peso del que conviene despojarse. Es por ello que en estos tiempos las creencias de los antiguos griegos o egipcios, por más seductoras que sean, ya no son válidas.

Charles Darwin pasó tanto tiempo obsesionado con la idea de la Selección Natural que empezó a cuestionarse sobre su propia creencia en Dios. Darwin pensó que la religión puede ser considerada como otra forma de adaptación sujeta a las mismas leyes que gobiernan la supervivencia de los seres vivos. Su teoría representó en sí misma un fuerte ataque a la búsqueda de un propósito en la naturaleza; es muy poderosa y fácil de comprender. El filósofo Daniel Dennet la considera como una de las ideas más peligrosas contra la religión, capaz de provocar subversión entre sus seguidores.

Personalmente, pienso que el libro de Hawking y Mlodinow resultó ser muy especulativo. Creo que se justifica más como una reacción ante la distorsión de la información que produce el movimiento creacionista. Sin embargo, hay otros excelentes puntos de vista acerca de una realidad en la que no se necesita a Dios ni para comprenderla, ni para vivir a plenitud como ser humano. Termino esta entrada presentando una de mis favoritas. Se trata de una entrevista a Steven Weinberg, quien ganó el premio nobel por sus importantes contribuciones a la mecánica cuántica. Weinberg es famoso por haber particpado en la formulación de un modelo en el que se presenta a las tres fuerzas no gravitacionales como una sola poco después del Big-Bang; fue un esfuerzo notable en dirección a la unificación en la física. Weinberg es defensor de una búsqueda de conocimiento libre de prejuicios dogmáticos o independiente de cómo queremos que se comporte la realidad; algo esencial en investigación científica. Recomiendo mucho ver esta entrevista, tanto a creyentes como a escépticos. Espero que sea de su agrado.




La entrevista se divide en tres partes, las otras dos las pueden visualizar en Youtube a través de los siguientes links:



Escrito por: Carlos Antonio Rodríguez

PD: Gracias a quienes asistieron a ¿Quién diseñó al diseñador?. Fue una velada muy especial, con un debate productivo. Próximamente publicaremos grabaciones y fotografías del evento. Sigan pendientes de los eventos del Quinto Pilar, que desde ya estamos trabajando en eso!

domingo, 6 de febrero de 2011

Estamos trabajando por usted


En este momento estamos teniendo una aventura en los reinos donde la ciencia y la filosofía trazan sus fronteras, para que usted también se nos una.

No se olvide, este martes 8 de febrero, a las 19:00 en el Cafelibro (Quito, Ecuador).


ENTRADA LIBRE