miércoles, 12 de enero de 2011

Noche de Observación

El confuso y siempre incierto clima de nuestra ciudad (causante de la proeza) en su lastre constante de azul y grises y sol y lluvia, se ha decidido por regalarnos una de esas noches en las que el cielo está tan cristalino como el agua de esas playas paradisiacas; en este caso, la playa de las estrellas…

Llegué a mi casa tarde y comencé a observar aproximadamente a las 21:30. Al oeste, los objetos que llamaban la atención por su luminosidad en el piélago negro eran la Luna y a su izquierda (es decir hacia el sur) Júpiter. Dadas las condiciones del lugar donde vivo, estos objetos estaban prestos a ocultarse, unos sin par maléficos gigantes (casas altas) iban a interrumpirme la visión por lo que su observación se convirtió en prioridad. Con toda su majestuosidad, el planeta más grande del sistema solar apenas se distingue como una bolita lisa brillante no “parpadeante” en el lente de mi telescopio, rodeado de otras bolitas pequeñas que, obviamente, giran a su alrededor y tampoco “parpadean”.

Esto de “parpadear” es la forma práctica de representar lo que pasa en el interior de las estrellas. La masa de estos objetos es tan grande que determina que las capas más internas de su estructura se peguen unas contra otras por acción de la gravedad, provocando, en último término, la fusión nuclear de sus componentes; para el caso de una estrella particular la fusión de dos núcleos de hidrógeno, esta reacción provoca una inmensa liberación de energía misma que es el combustible para la producción limitada de luz y calor de estos objetos.

La masa de los planetas, es mucho más pequeña que la de las estrellas, por eso en ellos no hay reacciones de fusión nuclear ni tampoco son capaces de dar luz ni calor; lo que permite que Júpiter pueda ser visto es que funciona como un espejo gigante: la luz del sol es reflejada por la superficie del planeta y, como su luz es tan solo un reflejo, no tiene esa cualidad de parpadear.

Las bolitas pequeñas que rodean a Júpiter son sus satélites, y sus nombres corresponden a los “encuentros furtivos” que Júpiter (el Zeus griego, padre de hombres y de dioses) se daba a espaldas de Hera (su legítima esposa) en la mitología griega: Calisto, Ganímides, Europa e Io (en orden de acuerdo a su posición esta noche); sus cuatro amantes principales le han acompañado por mucho tiempo, de hecho se llaman galileanos porque fue Galileo Galilei el primero en avistarlos con su telescopio. El hecho de que otros objetos rodearan a un planeta distinto a la Tierra fue uno de los argumentos importantes que utilizó Galileo contra la corriente Geocéntrica de su época (1610). Si bien son los más conocidos, cabe decir que son 63 los objetos que orbitan este planeta.


De la imagen cabe decir que el punto blanco más grande no corresponde a un satélite, es en realidad una estrella de la constelación de Piscis que esta noche rondaba por allí. El puntito apenas visible luego del Júpiter es el satélite Europa

Luego de que Júpiter se perdiera en el horizonte de casas, pasé a enfocar a la Luna. De nuestro querido satélite se pueden decir muchas cosas, hoy diré una de ellas: De las cosas más simbólicas que se descubre al mirar la Luna con un telescopio es la irregularidad de su superficie; en su parte inferior (que en un telescopio se mira como la parte superior porque debido a los lentes la imagen se invierte), hay un sinnúmero de cráteres y cada uno de los picos proyecta una sombra dependiendo de la dirección en la que reciba los rayos del sol (la Luna es otro de estos espejos espaciales, todo planeta y satélite lo es). Se cuenta que de pequeño, el Dalai Lama XIV al descubrir este paisaje pedregoso se dio cuenta de lo falso que le resultaban los cuentos de magia de la Luna, “es otra piedra” les dijo a sus maestros. Sharon Begley en su libro “Entrena tu mente cambia tu cerebro” (parece de autoayuda, es un mal título pero un excelente libro de divulgación científica) nos comenta que quizá esta experiencia y otras llevó al Dalai Lama a acercar tan profundamente budismo y ciencia.


Fotografía de algunos de los cráteres lunares.

Luego de ver a la Artemisa griega, pase a observar otro de los objetos hermosos a la vista: Las Pleiades, un conjunto de estrellas que tienen un significado muy peculiar, el tema está tratado en una publicación anterior del blog. Lo que yo les voy a comentar es que en esta ocasión su agrupación se me antojó como un signo de interrogación.


En internet la página www.skymaps.com, mensualmente pública un mapa del cielo nocturno con una sección específica que detalla que objetos se pueden observar a simple vista, con binoculares o con telescopio. De estos objetos esta noche, he podido observar un nuevo (porque no lo he visto antes) cluster de estrellas. Un cluster es, como la definición en inglés lo indica, una aglomeración de estrellas. A breves rasgos existen dos tipos principales de cluster, los abiertos y los cerrados, estas denominaciones indican si la distribución de las estrellas que lo conforman es centrifuga o centrípeta, características que dependen de la sumatoria total de la fuerza de gravedad ejercida por cada una de las estrellas que lo forman. El cluster que observé es el M44, muchos objetos estelares tienen el prefijo M por Messier; él era un astrónomo fanático de la observación de cometas, y como para ver cometas es necesario diferenciarlos de todo lo que no son cometas, hizo un catálogo de todos los objetos que podrían entorpecer su observación; este católogo se sigue usando hoy. El M44 es un cluster abierto muy simpático (también se lo llama el cluster de la colmena) que se encuentra entre las constelaciones de Géminis y Cáncer, esta última constelación zodiacal tiene la desdicha de no ser visible en un cielo con contaminación lumínica, esto me dificultó mucho encontrar al cluster ya que las estrellas de referencia para encontrar este objeto dependían de esta tenue constelación; sin embargo a fin de cuentas le pude observar.


Imagen con contaminación lumínica (ese anaranjado del fondo): Podemos observar que la constelación de cáncer no tiene ningún punto blanco, estos representan las estrellas visibles. La estrella de rojo, Altarf, es la más brillante de Cáncer, aún así, no la podemos ver...

Cluster M44 o de la colmena

Se pueden decir muchas cosas de cada uno de los objetos que están en el cielo de este mes, espero que Quito nos brinde otro de estos cielos para poder deslumbrarnos en el océano de la oscuridad.

Escrito por: Daniel Romero

Todas las imágenes son capturadas con el programa Starry Night Backyard a excepción de la imagen que muestra a la Luna irregular.

3 comentarios:

Carlos Antonio Rodríguez dijo...

Yo también estuve observando el cielo anoche cuando se despejó!!, espero que tendamos más oportunidades como ésta para ver las cosas lindas que mencionas

jorge dijo...

yo por mi parte tambien observe el cielo desde el cuyabeno, entre cervezas e historias mitológicas comparti un emotivo momento con las personas con las que vi el inmenso mar celestial.

jorge dijo...

desempolven sus binoculares... apunten hacia la cola de escorpion, una vez ahí giren lentamente hacia la izquierda, en este lugar encontrarán el centro de nuestra galaxia... asciendan la mitad de los que se desplazaron a la izquierda y encontraran M6. de esta cluster un poco a la derecha encontraran esta maravilla..!! (http://www.elcomercio.com/tecnologia/ciencia/Imagen-nebulosa-obtenida-telescopio-chileno_0_722327810.html)